Este viernes por la tarde, familiares, vecinos y afectos allegados participaron de la movilización recorrió el centro de Roca – Fiske para exigir justicia por el crimen de Julián Dobra de la Canal, joven roquense recientemente asesinado en circunstancias que aún se investigan.
La convocatoria partió desde la plaza y fue impulsada por familiares, amistades, vecinos y vecinas, con un fuerte acompañamiento de la comunidad universitaria. Julián era hijo de trabajadores no docentes de la Universidad Nacional del Comahue, motivo por el cual numerosos integrantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, así como también de la Facultad de Lenguas, se hicieron presentes.
La rectora Beatriz Gentile participó activamente de la manifestación y expresó: “Tenía que estar. Es un hecho tremendo que conmueve profundamente a nuestra comunidad”. Desde el móvil de Antena Libre también se recogieron testimonios de docentes, estudiantes y vecinas y vecinos del barrio, quienes remarcaron la cercanía con la familia y el dolor compartido por lo sucedido.
La movilización se dio en paralelo a un momento clave del proceso judicial: durante la tarde, el Ministerio Público Fiscal formuló cargos contra cinco personas detenidas recientemente en el marco de la investigación. La audiencia de formulación tuvo lugar en la Ciudad Judicial, motivo por el cual el padre de Julián, Tomás Dobra, no pudo participar de la marcha. Desde la familia manifestaron su preocupación por los tiempos judiciales y denunciaron que hubo demoras significativas en las primeras instancias de la búsqueda.
“Somos una ciudad chica. Si se actuaba a tiempo, quizás no estaríamos en esta situación”, señaló su tía, Alicia Dobra, en diálogo con esta emisora. La hipótesis que maneja la querella es que Julián habría sido atacado tras cruzarse con personas vinculadas a entornos delictivos, aunque aún no hay confirmaciones oficiales y la causa continúa en desarrollo.
La jornada culminó frente al edificio de la Ciudad Judicial, donde las y los manifestantes entonaron cánticos pidiendo justicia y mostraron carteles con mensajes de dolor y reclamo. “Era un chico sano, deportista, profesor de educación física, sin vínculos con nada raro. Esto no puede volver a pasar”, repetían quienes lo conocieron.
Desde el barrio 36 Viviendas —donde vivía Julián— llegaron varios de sus amigos de la infancia, visiblemente conmovidos.
“Esto nos parte al medio, lo conocíamos desde que nació. Exigimos que esto no quede impune, por él y por toda la comunidad”, expresó uno de ellos.
La presencia de vecinos y vecinas de todas las edades reflejó la dimensión social del caso, que ya impacta fuertemente en la ciudad. Mientras tanto, se espera que el avance de la causa esclarezca los hechos y permita justicia para Julián y su familia.