Dialogamos con Martín Álvarez Mullally, investigador integrante del Observatorio Petrolero Sur (OPSur), quien nos comparte sus estudios sobre las consecuencias para la zona que acarrea la nueva actividad extractiva.
El nuevo proyecto extractivo se desarrolla de la mano de los requerimientos del Megaproyecto Vaca Muerta. De acuerdo con Álvarez Mullally, la arena sílice se extrae principalmente del norte del Paraná y de Chubut y a partir del 2019 se comenzó a explorar la meseta sur para extraer el mismo recurso de la región. Este proyecto abarca la zona sur del Rio Negro que va desde del Área Natural Protegida Paso Córdoba, el Valle Azul de Villa Regina y llega hasta el Bajo Santa Rosa cerca de Valcheta.
“Hay que pensar la lógica del proyecto Vaca Muerta desde una lógica integral, es decir, pensar todo lo que implica la industria del fracking en la zona (…) Esta avanzada minera que va asociada a la avanzada hidrocarburífera tiene una extensión de 22.000 hectáreas” expresó el investigador de OPSur.
Álvarez Mullally señaló que la extracción, distribución y procesado de arena sílice impacta directamente en los lugares de los que se extrae, en la utilización de las rutas regionales y en la salud de la población. Además, agregó que el procesamiento que es llevado a cabo por la empresa NGR en la localidad de Allen requiere la utilización de 500 m3 de agua por hora que es extraída del Rio Negro, en un contexto de crisis hídrica en la región.
“Es necesario comenzar a pensar en clave de qué tipo de desarrollo y a quién se está beneficiando con este tipo de actividades. Lo que nosotros venimos observando es que tenemos una carga de costo social muy alta y eso se tiene que modificar. Nosotros no podemos ser quienes garanticemos la maximización de las ganancias de las empresas extractivas” concluyó.
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Foto: OPSur