Falsear los hechos y agraviar gratuitamente parece ser el camino decidido por el oficialismo local (directamente o a través de voces alternativas como la JP) a la hora de intentar defender sus propuestas, aunque éstas hayan sido razonablemente objetadas. Lo dicho quedó expuesto con motivo de celebrarse un nuevo aniversario del 24 de Marzo de 1976, fecha emblemática para los argentinos.
Por Mario Alvarez – Concejal Vecinalista
Tras haberse apropiado de un espacio indiscutiblemente público como si se tratara de una Unidad Básica y buscando atenuar el evidente sesgo ideológico de su propuesta, echan mano de la mentira para desviar el eje de la discusión, y utilizando chicanas harto conocidas afirman, despreciativamente, que mi Bloque no presenta proyectos ni reformas positivas para la ciudad.
Todo lo hecho por el Vecinalismo en éstos dos años, acaba de ser desarrollado en un extenso informe (conferencia de prensa mediante) al que evidentemente la JP no ha querido acceder, pero que está a su disposición en la Oficina 7 del Deliberante.
Desde el primer día de nuestra gestión legislativa hemos sido abiertos y generosos en procura de lograr un Concejo ágil, con personalidad y pensamiento propio, verdaderamente democrático y participativo, y en ése convencimiento siempre (salvo contadas excepciones) hemos acompañado los Proyectos de los otros Bloques.
Vuelven a mentir al sostener que defiendo los intereses de JSRN, cuando todo el mundo sabe que hace más de un año que no integro ése espacio político. Inclusive, en la última sesión del CD dejé expresamente planteada la necesidad de utilizar la identidad vecinalista de mi Bloque, porque así me ha sido exigido desde Viedma.
El “ninguneo” del que piensa distinto llegó a nuestra ciudad para quedarse, y a juzgar por el último Proyecto pergeñado “puertas adentro” del FpV (Código de Tránsito) sin tratarlo previamente en Comisión, ésa actitud no va a ser modificada.
Así las cosas, tendrán que aceptar, les guste o no les guste, que dejemos expresadas nuestras diferencias cada vez que haga falta, con la tenacidad necesaria a la que nos obliga el ADN de un oficialismo tan personalista como terco.