En Argentina, el consumo de carne vacuna disminuyó un 12% en los primeros nueve meses de 2024 en comparación con el año anterior. Desde el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina y desde el Gobierno Nacional aseguran que es por «un cambio en la cultura».
Eugenia Brusca del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina comenta que «no lo ven cómo algo tan catastrófico» y argumenta: «No es algo que viene de hace poco, sino que viene desde hace tiempo por un cambio en la cultura principalmente. Durante los años 90 el argentino comienza a sustituir la carne vacuna por otras proteínas, por problemas de poder adquisitivo, lo cual termina educando a la población argentina a adquirir estas proteínas en su vida diaria».
Este cambio cultural, viene de la mano de los efectos inflacionarios, bajos salarios que obligan a decidir más cuidadosamente qué compras privilegiar. La relación entre caída del consumo, cambio de proteínas en las recetas cotidianas, y pérdida del poder adquisitivo es evidente dentro del mercado interno.
Respecto a los valores de la carne, Brusca comentó que «hoy la demanda está deprimida […] y existe una amplia oferta de hacienda, Hoy los valores se mantienen [gracias a la exportación] pero no pueden aumentar.» Según informó, sólo el 30% de la producción de carne se exporta, y el 70% se vende en el mercado interno. Desde el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina, se espera que haya un incremento en los salarios para poder convalidar un aumento en la carne.
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