En diálogo con Carlos Castillo, Juan Pailallef (delegado provincial de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina) nos actualiza sobre la actividad ladrillera en la zona del Alto Valle.
El parque ladrillero de la ciudad se creó hace aproximadamente 2 años y se sitúa al sudeste del Parque Industrial II. En este predio se alberga el trabajo de 20 a 30 productores (entre permanentes y esporádicos).
Actualmente la Unión Obrera Ladrillera está articulando con el estado municipal, provincial y nacional y también con otras instituciones (como la Universidad Nacional del Comahue) para poder potenciar y mejorar la actividad.
Este jueves se desarrolló una reunión de la Mesa Ladrillera Local de General Roca que contó con representantes de distintos sectores para abordar de manera integral las problemáticas y desafíos de la producción ladrillera en la región. Se acordó una agenda de trabajo en conjunto para potenciar el parque ladrillero de la ciudad, a través de la formulación de distintos proyectos productivos.
Juan Paillalef nos comenta que la actividad se encontraba estancada en la zona:
“Nosotros empezamos a recorrer la zona del Alto Valle, previo a la pandemia, cerca del 2016-2017 en donde habían un número de productores ladrilleros que fue decayendo. Nosotros lo atribuimos a las condiciones económicas que vivió el país en esa época entre 2015 y 2019 en donde cayó toda la actividad económicas en general y la actividad de la construcción ni hablar»
Luego de este periodo y con la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, la actividad ladrillera siguió en descenso. Aún así, Juan resalta la posibilidad de reactivación:
“La actividad ladrillera es una de las pocas actividades que se re arma de la nada ¿no? Al ser una actividad con muy poca inversión de capital, con muy poca tecnología, muy artesanal. Es una actividad que se rearma con muy poco incentivo y en ese sentido estamos trabajando y articulando con distintos estados municipales, provinciales y nacional”
El proceso de la fabricación, las proporciones de mezclas, el tiempo de quemado y otras variables muchas veces son artesanales y a ojo según Juan. Sin embargo con el aporte de otros actores como la UNCO se podrían obtener estudios que permitan proyecciones laborales para llegar a un mejor producto.
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Crédito foto: Gentileza UOLRA