Miles de chilenos continuaban este lunes con sus protestas en las calles de Santiago y otras ciudades del país, en medio de un estallido social que dejó este fin de semana 11 muertos, cientos de heridos y detenidos, más de un centenar de saqueos contra supermercados y la paralización de múltiples servicios.
La magnitud de las protestas y la persistencia de los actos de violencia llevaron a las autoridades militares a imponer para esta noche, por tercera vez consecutiva, el toque de queda en Santiago y sus zonas de influencia, además de en Tarapacá, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Maule, Biobío y Los Ríos.
Desde Ginebra, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, llamó al gobierno y a los manifestantes a buscar una vía de diálogo para calmar la situación, a la vez que pidió una «investigación independiente» para determinar responsabilidades en los hechos de violencia que dejaron muertos y heridos.
En Santiago y Valparaíso volvieron a reportarse incidentes en los que las fuerzas de seguridad -acusadas de actuar con brutalidad en la represión del estallido social- dispararon granadas de gas lacrimógeno contra los manifestantes, en medio de una verdadera militarización de los espacios públicos.
Según un informe del Ministerio del Interior difundido este lunes, 11 personas murieron en medio de los disturbios, la gran mayoría de ellos en incendios declarados durante los 110 saqueos reportados contra supermercados y tiendas en distintos puntos del país.
Fuente: Telam