La comisión de atención a las violencias sexistas de la Universidad del Comahue quedó desarticulada por falta de respuestas de las autoridades

Foto: Prensa UNCo

La Unco fue la primera en abordar un protocolo para la atención a  las violencias sexistas, luego de las denuncias al docente de Patricio Ornaldo y su posterior exoneración. El espacio se venía llevando a cabo  desde el año 2014, luego de su tratamiento y aprobación en el Consejo Directivo. Las profesionales encargadas de llevar a cabo las tareas de atención, entre ellas  Angélica Mesa, Graciela Alonso, María Trpin y Lorena  Higuera, realizaban un servicio Ad Honorem.

Ante la falta de respuestas por parte de la Casa de Altos Estudios las integrantes de la comisión se vieron en la necesidad de desarticularla. En una comunicación telefónica con Antena Libre, Graciela Alonso expresó:

“Fueron muchos años de esfuerzo voluntario, de militancia pero la respuesta siempre ha sido la desidia. Por eso decidimos desvincularnos de un trabajo que fue siempre militante. Lo único que se hizo por la comisión fue un contrato precario a una abogada”.

Aun así, desde la comisión se enfatizó que van a seguir realizando tareas al respecto, pero por fuera de la universidad  porque desde sus inicios a esta parte nunca se ha dado apoyo material al protocolo de atención.

Son más de 100 las denuncias que se han recibido y que se han asistido de diferentes maneras: “La modalidad que se seguía era tomar todas la denuncias aunque después no se canalizaran por los pasos que el protocolo indicaba. Más de 50 denuncias se han protocolizado con distintas resoluciones, y también hemos tenido muchas consultas en donde si bien tomábamos la denuncia, seguíamos otras líneas de acción”.

Es necesario que se tomen medidas al respecto dadas las circunstancias que se atraviesan en la facultad y no pueden ser pasadas por alto. Graciela Alonso comentó que ellas conocen mucho la universidad y las especificidades con las que se manifiestan algunas relaciones,  por ello hay necesidad de extender el conocimiento del protocolo, como así también la capacitación en genero para prevenir estas situaciones.

“Desde las autoridades de la facultad se dice que se va instrumentar una comisión (otra) y se van a atender los conflictos interpersonales que no están relacionados con el protocolo, es ahí donde nosotras vemos el retroceso conservador. Quieren ampliar el protocolo hacia otras violencias y eso vacía el protocolo no lo profundiza”.

Finalmente manifestó que la perspectiva con la que ellas  abordan el tema no es la que la universidad quiere trabajar y que las decisiones que se toman en la política, no siempre favorecen el objetivo, “sé que va a poner gente contratada en planta política para hacerse cargo del tema, con mucha menos experiencia y trayectoria dentro de la institución”.