A pesar de ser uno de los puntos de referencia sanitaria en la región, Roca no cuenta con una guardia pediátrica nocturna. Tanto en el ámbito público como privado, los profesionales que abordan la salud de los niños no realizan guardias durante la noche y las primeras atenciones se pueden realizar después de las 8 o 9 de la mañana.
«El médico no te puede atender a un chico» fue la respuesta de una recepcionista de la clínica Juan XXXIII cuando un padre le pidió que un médico de guardia atendiera a su hijo de 11 años que había estado toda la madrugada con vómitos y fiebre. «No tenemos guardia hasta las 8 y media» fue la respuesta en el CEMIN, clínica especializada en niños y mujeres, cuando todavía eran las siete de la mañana.
Otra opción de atención es el hospital López Lima, que cuenta con 3 médicos y cuatro enfermeros en su guardia pero que también deben acudir a los llamados de emergencia. Si bien la atención de las enfermeras es rápida, donde se evalúa la gravedad del problema de salud del paciente, las esperas para ser atendido pueden durar más de tres horas. En este caso los médicos son generalistas y si se trata de un niño, es derivado al sector de pediatría.
Durante las madrugadas se pueden ver a padres y madres deambulando por diferentes centros asistenciales en busca de una respuesta para sus hijos. En muchos casos se trasladan en taxi o en motos haciendo un recorrido que les puede llevar más de ocho kilómetros si residen en Stefenelli o J.J Gómez.
El panorama se torna paradójico si tenemos en cuenta que en Cipolleti se encuentra la Facultad de Medicina, que depende de la Universidad del Comahue. Si bien los egresados son médicos generalistas no sería descabellado pensar una coordinación entre las autoridades sanitarias y los referentes universitarios para abordar este problemática que afecta a la población ubicada entre Allen y Chichinales y parte de la región sur de Río Negro que acuden a Roca para una asistencia médica específica.