Natalia Peña participó como voluntaria en este programa que consistía en colaborar con la sociedad ucraniana, en el contexto de guerra y ataques por parte de Rusia que se mantienen desde febrero de este año.
Docente de jardín de infantes en Chichinales, el «último pueblo del Valle», Natalia cuenta su experiencia de «querer ayudar», que se materializó en este viaje a Ucrania, y para el que recibió el apoyo de su familia y amigues.
Preparar comida, asistir y contener a personas afectadas por la guerra, o reconstruir casas bombardeadas, fueron algunas de las tareas que realizó Natalia en este viaje que la llevó a cruzar el mundo para concretar esa vocación de ayuda a quien lo necesitara.
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