Le dicen “gringa”, es de Rosario y hace poco más de un año llegó a Roca junto a su esposo. Asegura que en poco tiempo ya ha formado una clientela y por día vende unas 27 docenas a $400 las 12.
Ambos mayores de 50 años, dicen que ya nadie les da trabajo y por eso se la rebuscan de distintas formas. En verano alquilan un pelotero y llegado el frío venden tortas fritas calentitas en la esquina de ruta nacional 22 y calle Mendoza, de General Roca.
“Me levanto a las cinco de la mañana y amaso la harina y a las siete nos venimos con mi esposo a la ruta. Acá estiro la masa en una pequeña mesa y las fritamos delante de la gente, porque las tortas se comen calentitas”, afirma Cristina.
Agrega que antes las hacía en su casa pero no le gustaba la idea de que la gente las comiera frías. Eso hizo que diagramara toda una logística para cocinar y vender sobre la banquina, en uno de los accesos a la ciudad.
“La mesita se la encargue a un hombre, el mechero se lo encargue a otro señor de barrio Nuevo, lo mismo con el disco y así fuimos haciendo una cadena”, cuenta Cristina al móvil de radio Antena Libre.
Conocé la historia de Cristina: