Mariano «Tiki» Cantero, un percusionista social, intuitivo y versátil

Considerado un referente de la batería en todo el país, Mariano Cantero es parte integrante de muy diversos proyectos.

Entre ellos se cuenta la banda de Liliana Herrero, el «Aca Seca Trío», que integra junto a Andrés Beeuwsaert y Juan Quintero, el ensamble percusivo «La Bomba de Tiempo», dirigido por Santiago Váquez, otro trío llamado «Inmigrasons», que comparte junto Ernesto Snajer y Guido Martinez, o el novísimo trío «Pacú».

En algún momento también formó parte de la compañia de teatro experimental «De La Guarda», en su rol de músico, pero siempre con vocación de incorporar nuevos lenguajes que refuercen la cuestión expresiva.

Lo podes encontrar tocando un día con Hugo Fattoruso y al otro día en un concierto de Wos. Todas facetas de lo que él considera una aventura permanente dentro de su oficio, tomar el riesgo de tocar con otros y aprender algo de cada cual. «Me gusta más hablar de las personas con las que toco, antes que de estilos», dice él, porque está convencido de que la cocina de la música es colectiva y por eso sigue bancando siempre la yunta, las juntadas, las guitarreadas, porque es ahí donde se arma el tuco más interesante».

Mariano también es docente itinerante, que viaja por distintas provincias llevando su método rítmico, y ese rol es para él una forma de aprehender las distintas identidades que hay a lo largo y a lo ancho del país. «Cambian algunos códicos, pero todo es música», dice en esta charla compartida a través del teléfono en el programa «Para Vos Todo es Milonga», por la radio universitaria Antena Libre.

Mariano fue invitado este año a participar del 23° Festival Internacional de Percusión, organizado por la Fundación Cultural Patagonia. Allí brindó un concierto didáctico durante la primera jornada y un taller en la mañana del jueves, donde invitó a los estudiantes a adentrarse en un método qué el mismo fue creando basado en su propia experiencia y al que terminó de darle forma escrita durante la pandemia, aprovechando que no se podía salir a tocar. El resultado está plasmado en su libro «Ritmática, habitando nuestro territorio rítmico».