Marisa Alberdi, integrante de la Federación de Bibliotecas Populares de Río Negro y miembro de la comisión de la biblioteca del barrio La Rivera de Fiske Menuco- Gral. Roca comentó el difícil panorama al que se enfrentan las bibliotecas populares.
A raíz de las actuales políticas de desfinanciamiento estatal, sectores ligados a la cultura, como las bibliotecas populares, corren riesgo de poder seguir funcionando en los próximos meses. En la ley Ómnibus que finalmente no fue sancionada había un capítulo que alentaba a retirar los fondos de las bibliotecas populares. «Afortunadamente esa ley no prosperó, lo que no significa que uno se quede tranquilo», alertó Alberdi.
«Hay una falta de sostenimiento de políticas públicas en la intervención del Estado, principalmente en lo relativo a la cultura»
En este sentido comentó que recién la semana pasada se designó al presidente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), organismo encargado de fortalecer las bibliotecas populares de todos los rincones del país.
«¿Cómo vamos a hacer para funcionar con un presupuesto congelado del 2023?» se preguntó Alberdi, ante la situación que alcanza a toda la administración pública, con una inflación que parece no tener límite.
La entrevistada hizo hincapié en que una biblioteca popular es una organización de la comunidad que se gestiona por sus vecinxs y socixs que, con la ayuda del Estado, reúne la potencia de la sociedad civil para garantizar el acceso a la cultura, a los libros y la lectura.
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