Lino Pizzolón presenta la compilación «Bienvenidos a Pinolandia»

Para visualizar la falacia especulativa en pos del progreso, la compilación «Bienvenidos a Pinolandia» fue confeccionada por el colectivo AguaYala, y presentada por su compilador, Lino Pizzolón, en el marco de la II Feria del Libro de Epuyen, donde confluyeron escritores y poetas de la Patagonia.

Allí Lino compartió una investigación que comenzó a penas unos días después de aquel incendio ocurrido a comienzos de 2021, originado en ocho focos diferentes y que dejó un saldo de cuatro personas fallecidas y más de 200 viviendas quemadas. En aquella oportunidad, además de las condiciones climáticas naturales, incluido el viento, también hay que analizar el papel que jugó la intervención del bosque con las plantaciones de especies exóticas, que nada tienen que ver con el ecosistema de esas tierras.

Las plantaciones de pinos en Patagonia se impusieron con enorme conflictividad social, apropiación de ‘tierras fiscales’ y de comunidades, sin que nunca se haya nunca tenido en cuenta su propagación descontrolada ni sus consecuencias sobre el agua, los suelos y los incendios forestales. Investigadores de CONICET Bariloche están hablando de una invasión a escala regional sobre el bosque andino patagónico, que ha venido siendo reemplazado, casi como su población originaria, por pinos exóticos de rápido crecimiento y alto impacto negativo sobre el ecosistema.

Al día de hoy hay ya 100.000 hectáreas implantadas y muchos focos de infección del bosque nativo, porque esta artificialidad forestal trae como consecuencia la pérdida de biodiversidad, alimento, medicina y belleza. Además de eso, se secan las aguadas, mallines, manantiales y arroyos, disminuyendo considerablemente el caudal de los ríos, perjudicándose la calidad del agua y del suelo. Donde crecieron pinos nada más puede crecer. Y como si eso fuera poco, el pino acumula material altamente combustible que alimenta los incendios más devastadores. Y algo de eso ya pudo verse en la comarca en el último gran incendio de marzo de 2021.

Los pinos también ocupan territorio, expulsan pobladores, destruyen las economías y formas de vida, ocultan el paisaje originario y generan un nuevo paisaje monótono y estéril. El fuego se propaga cinco veces más rápido en los pinares que en el bosque nativo, y treinta veces más rápido que en los arbustos de la estepa, dado que se trata de especies pirrófitas, es decir, árboles combustibles que poseen resinas altamente inflamables.

Por otro lado, en los espacios en donde hay plantaciones de pinos se acentúa la falta de agua y un estudio mostró que los caudales de los ríos disminuyeron un 40% en promedio y mucho más en las zonas secas, en más de 500 cuencas pinificadas en todo el mundo. La variedad que más se planta es la de pino ponderoza, que consumen más agua que un bosque de ciprés (el 33% en años húmedos y el 64% en años secos).

De continuarse con estas plantaciones en las nacientes del río Chubut, tal como lo está haciendo el grupo Benetton, la crisis hídrica se irá agravando considerablemente el los próximos años. Aunque ya es imposible volver atrás con los daños ya generados en el hábitat, si es posible frenar el proceso, pero para ello hacen faltan también políticas de alfabetización hacia la comunidad, como sugiere Lino Pizzolón, para evitar que sigan siendo parte del engaño desplegado en pos de la especulación económica, el cual se desprende también de una situación de dependencia generada, en gran parte, por la deuda externa que suelen arrastrar los países en vías de desarrollo.

Lino Pizzolón, biólogo, Magíster en Ecología Acuática y docente e investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia, dialogó con Isla de Radio sobre este tema. Escuchá la entrevista completa a Lino Pizzolón aquí.