Entrevista a Marilin Cañio del Lof Cañio Pangui Wingkul, a razón del incendio que azotó la zona de la comarca andina. Les miembres de la comunidad piden asistencia y colaboración a toda la población, así como denuncian el avandono de las autoridades, exigiendo la concreta ayuda inmediata.
En vivo en «El Hilo Invisible», escuchamos a Marilin, miembro de una comunidad mapuche a diez quilómetros de la localidad de El Maitén, al noreste de la provincia de Chubut. Marilin explicó que durante todo el verano, la comarca andina fue víctima de incendios. Este último se originó en la zona del límite entre las provincias de Río Negro y Chubut, el día domingo. Marilin afirma que «si las autoridades hubiesen querido, se hubiese apagado ese mismo día y se hubiese evitado toda la pérdida de viviendas, bosque y animales», y advirtió: «si no nos ayudan, se va a quemar lo poco de bosque que queda».
El foco más grande de la zona se localiza al pie de un cerro que oculta el humo y las llamas de la vista. Este foco, que apareció por la noche, se sumó al foco del Maitén: «estabamos concentrados en el fuego que venía del Maiten», comenta Marilin, «y cuando nos dimos cuenta, lo único que veíamos por todos lados era fuego».
Desde Defensa Civil no les aconsejaron otra cosa más que evacuar la zona; pero ella y su familia permanecieron en el lugar, prestandole cara al fuego por su cuenta, «no podíamos dejarlo todo». «Nosotros quedamos aislados», dijo, «llamamos gente para que nos ayude, pero no los dejaron pasar».
En la comunidad son solo cuatro personas, y la lluvia de ayer no otorgó alivio durante mucho tiempo. «Mi papá tiene 74 años, y anda guiando a la gente que se solidarizó para ayudar en el cerro», habla de 18 personas que no pertenecen a ninguna brigada anti incendios. La precaria asistencia se ha organizado, y sin embargo, la lucha parece infructuosa. La tierra todavía humea, el viento empezó a soplar, carecen de medios, herramientas o asistencia, se han quedado sin luz desde el día que comenzó el incendio y escasea la señal de teléfono. El hermano de Marilin está desapareido, al igual que un vecino a cuya propiedad fue arrasada por las llamas.
«Es desolador como quedó toda la vida del bosque nativo, no queda nada, consumió todo».
En el día de ayer se comunicaron desde el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas); la única comunicación oficial que ha podido establecer la gente de la comunidad con las instituciones del Estado. Marilin pidió ayuda urgente: «es un foco pequeño para lo que se quemó, pero si hoy no lo combatimos… hoy es el momento, ahora».
Agregó que si el viento empeora o si la temperatura que se espera para mañana aumenta la situación desfavorable, se podría perder «lo poco que queda». Afirma que no han recibido ayuda de ninguno de los estamentos del Estado, «acá no está llegando nada, ni siquiera nos llamó el intendente para preguntarnos si necesitamos agua».
Por otro lado, denunció que existe una complicidad ulterior en conjunto con una intencionalidad política para utilizar el incendio como medio para espantar a las poblaciones originarias de la zona:
sabemos que esto es un negociado, que lo que quieren es que nos vayamos para poder vender facilmente las tierras. Pero no es así, la minería no va a pasar. Vamos a luchar hasta el ultimo momento como nuestros ancestros y ancestras.
Pidieron, por sobre todas las cosas, difusión por parte de la población. Además, para intentar salvar el bosque que queda se necesita:
Ingresar al Facebook de Movimiento de Mujeres Indigenas por el buen vivir para más información y poder colaborar con la difusión y la denuncia de esta situación.
Para escuchar el siguiente audio, recuerda pausar la radio en vivo al principio de la página