En el segundo juicio para determinar los responsables de la muerte del joven de Viedma, ocurrida en el 2.008, el tribunal absolvió ayer a los tres imputados y pidió al Ministerio Fiscal que investigue por el homicidio a una persona que fue nombrada en el juicio.
Uno de los puntos centrales para la definición del Tribunal, compuesto por Carlos Mussi, Ignacio Gandolfi y Marcelo Valverde, fueron las nuevas pericias realizadas sobre la campera con sangre de Atahualpa hallada en la casa de uno de los imputados. El nuevo estudio de ADN, realizado el año pasado, con la última tecnología disponible, descartó que pueda identificarse rastros genéticos de los acusados en el abrigo.
En los alegatos de cierre, la Fiscalía solicitó la absolución de Belén Fernández Barrientos y la condena a 17 años de prisión de Felipe Carrasco y Carlos Rodrigo Morales Toledo. La querella en cambio señaló que ninguno de los tres acusados había asesinado a Atahualpa y pidió que se investigue a una persona mencionada en el debate.
Para los jueces, no logró acreditarse de manera precisa la participación y la motivación de los acusados en el homicidio. “Los elementos de prueba incorporados en la acusación resultan ambiguos, merecen reparos o resultan insustanciales desde el punto de vista de su eficacia probatoria”, explicaron los jueces.
Para los jueces, no se puedo acreditar el vínculo entre los acusados y la víctima. Tampoco “se ha colectado prueba que ubicara al mismo tiempo a la víctima y los supuestos victimarios en el pub” ni “existió situación alguna que pudiera generar una gresca o situación de violencia física o verbal. La víctima no era una persona violenta -todo lo contrario- y de ello dan fe una gran cantidad de testigos”.
Para el Tribunal, tampoco se logró acreditar que el cuerpo fue trasladado en una camioneta Ford blanca, ya que no se hallaron rastros genéticos, huellas ni fue positivo el trabajo de canes sobre la misma. Finalmente, marcaron que no se logró secuestrar ningún arma de fuego que pudiera ser utilizada en el hecho ni se planteó una hipótesis que permita suponer que se la haya hecho desaparecer.
¿Que pasó en el primer juicio?
Los tres acusados ya habian sido absueltos por un tribunal presidido por el ex juez Juan Bernardi. En esa ocasión, los estudios de ADN mostraban un posible rastro genético de uno de los imputados en la campera que contenía sangre de Atahualpa. Sin embargo, el Tribunal invalidó el procedimiento por el cual se secuestró el abrigo.
Posteriormente, el Superior Tribunal de Justicia anuló el juicio y dispuso un nuevo debate, con la prueba recolectada durante la investigación. Entre otras medidas de ampliación de prueba, las partes pidieron un nuevo estudio de ADN, teniendo en cuenta que existe una tecnología más avanzada. Ese análisis despejó dudas y determinó la imposibilidad de establecer que los rastros genéticos pertenezcan de manera indudable a alguno de los imputados.
Fuentes: propias y Poder Judicial de Río Negro