Dialogamos con Paulo Duquelsky, Lic. en Comunicación Social, docente de la FADECS e integrante de las asambleas del Currú Leufú sobre las irregularidades en la asamblea pública que se realizó ayer miércoles en Sierra Grande.
El docente comenta que las instancias previas a la audiencia que se desarrolló el día de ayer necesitaron de mucha organización y diálogo entre las distintas asambleas, organizaciones y comunidades de Río Negro, Neuquén y Chubut.
Cerca de 200 personas se movilizaron como ciudadanxs rionegrinxs, neuquinxs, chubutenses y se encontraron con un recibimiento hostil en la entrada de Sierra Grande. Miembros de partidos políticos, organizaciones sociales e integrantes de las asambleas se acercaron al gimnasio donde se estaba llevando adelante la audiencia pública pero no pudieron ingresar.
Más de 50 personas anotadas, con domicilio en la provincia rionegrina, no fueron recibidas siendo que estaban inscriptas como oradoras y como prensa para cubrir el evento. Del otro lado, excusas y un cordón policial impidieron el ingreso de quienes estaban en contra de la construcción del oleoducto. Sólo 3 compañeras del grupo pudieron acceder y expresar, a los gritos, el descontento con el proyecto.
Durante el 2022 derogan a puertas cerradas la ley rionegrina 3308 que protegía al Golfo de San Matías de la explotación y extracción de gas y petróleo. A partir de esta situación, las asambleas del Currú Leufú comenzaron a organizarse para repudiar esta medida y posteriormente, para frenar la instalación del proyecto «Vaca Muerta Oil Sur» impulsado por el gobierno rionegrino e YPF que pretende construir un oleoducto y un puerto petrolero en las costas de Río Negro.
El Estudio de Impacto Ambiental EIA fue realizado por tres consultoras distintas que llegaban a conclusiones diferentes, los archivos disponibles estaban escaneados lo cual no permitía analizar las más de 4000 fotos, que contenían, además, textos en inglés.
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