Homenaje en Isla de Radio: Armando Tejada Gómez, a 30 años de su partida

Una tarde de octubre de 1992, gracias a la gestión del docente y entonces director de la radio Juan Raúl Rithner, recibíamos en Antena Libre a uno de los más grandes poetas de América, fundador en los años ’60, junto a otrxs artistas, del manifiesto del Nuevo Cancionero que marcó un antes y un después en la música popular argentina. No sabíamos que sería la última visita y la última oportunidad de verlo en vivo a Armando Tejada Gómez; ya que tan sólo unos días más tarde partiría de este mundo a los 63 años, dejando un legado literario importantísimo para la cultura nacional.

Se están cumpliendo treinta años de su muerte y de aquel 12 de octubre de 1992, cuando el poeta llegó a nuestra ciudad invitado especialmente para la conmemoración de los 500 años de la llegada de Colón al continente americano. Aquella noche fuimos testigos no sólo de su arte poetico, sino también de su sensibilidad, su humildad y su ternura.

Nacido en 1929 en Mendoza, en una familia rural de muy escasos recursos, descendiente de huarpes, siendo el anteúltimo de 24 hermanos. Además de escritor, fue letrista, escritor y locutor. Algunos de sus libros son: “Pachamama. Poemas de la tierra y el origen”, 1954; “Tonadas de la piel”, 1955; “Antología de Juan”, 1958; “Ahí va Lucas Romero”, 1963; “Canto popular de las comidas”, 1974; «Canción de las simples cosas», Cesar Isella y Tejada Gómez; “Amanecer bajo los puentes”.

Tejada, como le decían algunos, fue cultor de un estilo que se fue popularizando no solamente por su pluma, sino también por la forma de decir esos textos y, sobre todo, porque muchos de esos textos se convirtieron en canciones, gracias a la sensibilidad de los músicos que estuvieron cerca.

En 1962 escribió aquel Manifiesto del Nuevo Cancionero, un movimiento fundado por un grupo de artistas que tenían como objetivo central nada menos que ‘la condición humana’, en un país que venía abriéndose paso a través de la historia y no sabía entonces que pronto vendrían todavía dos dictaduras más.

A 30 años de su muerte lo recordamos como el poeta del pueblo, aunque hoy sus libros ya casi no se consiguen. Se dejaron de editar hace mucho, por esas cosas de las editoriales que desaparecen, entre tantas cosas que desaparecen o que se van perdiendo, sin querer, en la bruma del tiempo.

Por suerte están las canciones y algunas páginas amarillentas que huelen a viejo, pero destilan versos que todavía están vivos, y son acaso revolucionarios, para cualquier pibe de 20 que se tope con ellos. Eso el maestro lo sabía: “mi canción”, dijo alguna vez, “es un libro que se escribe con el viento, todos pueden cantarla y llevársela lejos, yo se que cuando vuelva tendrá un sonido nuevo”.

Escuchá el homenaje completo aquí.