Planteando que «la historia escrita por los que ganan, con frecuencia resulta un relato deficiente, injusto y violento», Ricardo Haye se pregunta cuánto sabemos de nuestra historia y cómo llegamos a adquirir ese conocimiento.
En ese recorrido, comenta cuáles son algunos recursos que utilizan otras nacionales para mantener vivos sus sucesos históricos que marcaron su destino.
«Con narrativas así, la televisión se ennoblece, contribuye al desacondicionamiento mental de las personas y les provee información y elementos de juicios que fortalecen su criterio, les airean las ideas y les impiden la ajenidad de la historia.»
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