Hoy recorremos las elecciones de juguetes y juegos en las infancias, en unos contextos sociales que normalizan e inducen en determinadas conductas y preferencias con aquello que se espera de una niña o un niño.
En nuestra socialización en términos binarios y heteronormativos, la oferta de juego y juguetes se transforma en «ensayos de la vida futura» que se comienza a forjar en estereotipos a muy temprana edad.
Estereotipos como parte de la forma en que el capitalismo y el patriarcado nos oprimen. Establecen a partir de un sistema binario, determinadas formas de ver, habitar y hacer en el mundo.
La propuesta del sistema es que sólo existen mujeres y varones cis, y que tienen naturalmente asignados roles en la sociedad. Esos estereotipos atraviesan todos los ámbitos de la vida cotidiana: están en la ropa que tienen que usar, cómo deben hablar, actuar y pensar, los tipos de trabajo que hace cada quien, en qué espacios (esfera pública o privada) y podríamos seguir pensándolo.
Las infancias entonces, también son parte del proceso de adquisición de reglas de socialización. En ese proceso, el sistema también impone con qué debemos jugar. Los espacios de juego, los mercados y las industrias, los espacios de socialización como las escuelas, clubes deportivos, familias, y todas las demas instituciones que podríamos pensar, reproducen esa opresión a través de muchas formas. Pero los juguetes, son algo en lo que podemos verlo fácilmente.
Para dar cuenta de este fenómeno, recogemos parte del informe realizado por Ecofeminita (junto a Tiempo Argentino) del que se desprenden los siguientes datos.
Esos mismos estereotipos luego se reproducen en el mercado de trabajo
SECTORES CON ALTA PARTICIPACIÓN MASCULINA
95,7% Construcción
86,4% Transporte, almacenamiento y comunicaciones
69,3% Industria manufacturera
SECTORES CON ALTA PARTICIPACIÓN FEMENINA
94,2% Servicio doméstico
74,2% Educación
69,3% Salud y servicios sociales
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Gráficos: Ecofeminita