En estas aguafuertes del nuevo mundo, Ricardo Haye relata una historia donde las opiniones políticas, las que albergan una lectura crítica de la realidad y las condicionadas por la agenda mediática se expresan en las charlas del día, en los almuerzos, con el noticiero sonando en la radio o en la tv, en las esquinas y almacenes del barrio. Detrás de cada trayectoria y visión personal se encuentra la verdad sometida a la manipulación de los medios hegemónicos y la posibilidad liberadora de pensar en defensa propia.
En la actualidad marcada por la posverdad, donde las interpretaciones de lo real son innumerables, la verdad puede ser adulterada.
El columnista recurre a la periodista ucraniana Olga Yurkova como fuente para el análisis comunicacional del impacto que tienen los mensajes mediáticos y los datos falsos, en la construcción de los valores políticos de las sociedades.
La exponente del periodismo contra la desinformación y las noticias falsas considera que éstas son una amenaza para la democracia,: «la gente ya no sabe lo que es real y lo que es falso, muchos han dejado de creer y eso es incluso más peligroso».