«Los que volvimos tenemos la obligación de seguir exigiendo: basta de detenciones arbitararias»

María del Carmen Verdú, integrante del CORREPI (Cordinadora Contra la Represión Policial e Institucional) a 30 años de la detención, tortura y muerte de Walter Bulacio.

Walter David Bulacio​ fue un joven cuyo asesinato a manos de agentes de la Policía Federal Argentina se convirtió en un caso emblemático de brutalidad policial, llegando a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Bulacio se encontraba en un recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota el 19 de abril de 1991 año en el Estadio Obras Sanitarias de Buenos Aires. Una razzi (detención masiva) encomendada a la Seccional 35ª, a cargo del comisario Miguel Ángel Espósito, lo detuvo a efectos de averiguación de antecedentes. Aunque la Ley de Patronato de Menores prohíbe la detención de menores sin intervención del juez competente, Bulacio fue retenido en la comisaría.

Lo sacaron de allí a la mañana siguiente, rumbo al Hospital Pirovano. Le fue diagnosticado traumatismo craneano, y Walter declaró al médico que lo atendió, haber sido golpeado por la policía. Murió cinco días más tarde, tras haber sido trasladado a otra institución a causa de dicho trauma; la autopsia, además, encontró huellas inequívocas de golpe con objetos contundentes en miembros, torso, cabeza y extremidades.

Esta mañana, en la página web de la CORREPI, se publicó al respecto: «La detención, tortura y muerte de Walter puso sobre la mesa el tema de las detenciones arbitrarias y la tortura, al calor de manifestaciones juveniles multitudinarias que sacudieron el escenario de desmovilización de la época. Nació un grito colectivo: “Yo sabía que a Walter lo mató la policía” que perdura hoy, tres décadas después, en las marchas antirrepresivas, pero también –y sobre todo- en los barrios, las canchas y los recitales, en la garganta de jóvenes que no habían nacido entonces, pero hoy levantan la misma bandera porque siguen siendo víctimas de la misma violencia estatal.»

«Walter no volvió», afirmá María del Carmen, reiterando el pedido de que la memoria de Walter haga eco en las voces de les que seguimos pidiendo porque no se repitan las circunstancias que llevaron a su muerte; «los que fuimos y volviemos tenemos la obligación de sostener la memoria y seguir exigiendo: basta de detenciones arbitrarias».