En esta crítica literaria Ricardo Haye traza paralelismos entre las Crónicas del Ángel Gris de Alejandro Dolina y Adán Buenosayres, escrita por Leopoldo Marechal y comenta que en el núcleo de ambos relatos, la fantasía convive con la representación de la realidad cultural y política de míticos barrios porteños. Los escritores aportan elementos fantásticos a una realidad marcada por grandes tradiciones populares, los personajes de sus historias se rodean por la estética del mundo cultural y político que los alimenta de subjetividad, se debaten entre los recuerdos como portadores de una memoria romántica y la adulación por el futuro.
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El universo literario del escritor y conductor de radio Alejandro Dolina descansa en las Crónicas del Ángel Gris, relatos publicados a fines de los 80´en la revista Humor. Allí en los suburbios porteños de Flores, el Ángel Gris reparte sueños y dos grupos antagónicos, los Hombres Sensibles y los Refutadores de Leyendas intentan descifrar estos designios, los primeros son sentimentales, honestos y algo ilusos, y los refutadores son fervorosos combatientes de la fantasía y los recuerdos.
En otros barrios porteños, Savedra y Villa Crespo, pero en la década de 1920 se desarrolla otro relato que describe las aventuras de Adán Buenosayres, este personaje deambula por las calles, pero también por su interior metafísico y político entre un Jueves y domingo santo. En esta novela escrita por el novelista, poeta, dramaturgo Leopoldo Marechal (1900-1970) y publicada recién en 1965, la vida política y cultural de un Buenos Aires que comenzaba a construir su esencia urbana moderna se expresan en la descripción ambiental y en el argumento narrativo con elementos de la escritura fantástica.
Estas manifestaciones tienen un arraigo profundo en la cultura nacional y popular subraya Haye, pero no han sido objeto de estudio académico, como si ocurrió en otros países.