A partir del documento firmado entre el FMI y el gobierno de Mauricio Macri, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, de la Central de Trabajadores Argentinos, realizó una análisis donde se desprende que se verán seriamente afectados los montos de coparticipación hacia las provincias. En los estudios de Antena Libre, la profesora de la Universidad Nacional del Comahue, Patricia Laría, describió el informe y las consecuencias para la sociedad argentina en el préstamo más importante que tomó la Argentina con el Fondo Monetario Internacional.
El presidente Mauricio Macri recibe a Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional, en su visita a la Argentina. Foto: La Voz
Los puntos principales de análisis del acuerdo con el F.M.I. son cinco:
1) El monto del acuerdo adquiere relevancia en términos históricos. No solo el primer desembolso efectuado en junio (15.000 millones de dólares) fue el más importante de la historia entre el FMI y la Argentina, incluso superior al de la gran crisis de 2001, sino que el acuerdo total equivale a casi el 80% del total de los préstamos del FMI a la Argentina en las últimas cuatro décadas.
2) Tanto las metas establecidas en el acuerdo como el enfoque subyacente ponen en evidencia que nada cambió en el FMI pese a los intentos de maquillarlo con las medidas sociales focalizadas a los sectores más vulnerables y a la “igualdad de oportunidades para las mujeres”.
3) En primer lugar, el acuerdo Stand by establece los parámetros habituales: fija metas de ajuste fiscal, de activos y reservas del Banco Central, metas de inflación, y las acciones fiscales, monetarias y cambiarias que deberán implementarse para alcanzarlas. De concretarse el ajuste en los términos del acuerdo al cabo de dos años casi se extinguirían las transferencias a las provincias (recorte de 75%), se reduciría la tercera parte de los subsidios y del gasto de capital, la masa salarial del empleo público caería en alrededor del 10%, y las compras estatales en el 20%. Se trataría, por consiguiente, de un “mega ajuste” en el gasto público equivalente a casi el 14% del mismo.
4) En segundo lugar, el enfoque subyacente del programa y los pronósticos es el tradicional del FMI, que parte del supuesto de que los desequilibrios emanan de la sobreexpansión de la demanda por efecto, principalmente, de la elevación del gasto público. Consideran a la devaluación como expansiva por el aumento de la competitividad de las exportaciones, sin considerar las especificidades de las economías subdesarrolladas como la de Argentina, que tienen una escasa o nula capacidad de respuesta de las exportaciones fabriles a la suba del tipo de cambio y que la “inflación cambiaria” erosiona el salario real y, consiguientemente, se produce un sobre ajuste en el consumo (caídas del consumo privado y el del público), lo cual extiende y agrava los períodos recesivos que se derivan de políticas de esta naturaleza.
5) Dados sus supuestos el Staff del FMI considera que las consecuencias de la devaluación son transitorias y se revierten rápidamente a pesar del ajuste. Si bien el FMI se destaca por errar en los pronósticos económicos cabe señalar que en el escenario base plantean un estancamiento de la economía en 2018 y una expansión de apenas el 1,5% en 2019, pero aclaran que hay “riesgos importantes de sostenibilidad de la deuda”.
Podes leer el informe completo realizada por el CIPRA sobre el acuerdo entre Argentina y el F.M.I.
La profesora de la UNCo Patricia Laria realiza un análisis de las consecuencias en base al informe de CIFRA, dependiente de la CTA.