Mediante un comunicado de prensa la diputada Beatriz Kreitman denunció que «No solamente Auca Mahuida tiene su tiempo medido como área natural protegida y preservada por su biodiversidad y calidad ambiental, sino que todo el territorio neuquino ha sido entregada por el gobierno provincial como “zona de sacrificio” para ayudar a superar la crisis energética que afecta al país.
Esta es la conclusión, tan terminante como dramática, que surgió de las exposiciones que ofrecieron esta mañana en la Legislatura Neuquina, Comisión “H” (de Ambiente), los directores de Medio Ambiente, Ricardo Esquivel y de Recursos Naturales, Ingeniero Enrique Schaljo.Está claro que en esta posición que ha asumido el gobierno de Jorge Sapag de entregar bienes comunes, naturales y públicos, ha necesitado reformular conceptos que hasta forman parte de textos legislativos y constitucionales, que hoy exponen con argumentos que se acomoda a la nueva situación.
Por eso, Auca Mahuida no es considerada área protegida, sino área intervenida; y el gobierno se considera a sí mismo, como respetuosos del ambiente, de la biodiversidad y de la sustentabilidad. Y en un arrebato de creatividad temeraria, sostienen que la mega minería y las explotaciones hidrocarburíferas, son actividades “sustentables” y tenemos el deber de compatibilizarlas, como sea, con la vida en todas sus formas.También afirman que para ellos no hay diferencias entre el modo de extracción convencional y no convencional de gas y petróleo.
Pero en la necesidad de sostener semejantes falacias, los funcionarios tienen algunos momentos de sinceridad. Como cuando sostuvieron que los estudios técnicos no son vinculantes y que hay una decisión política de aprovechar los recursos del subsuelo, sea cual fuere la condición de la superficie debajo de la cual se encuentren.
Argumentan, con intenciones de convencer, que las actividades exploratorias no significan que luego se exploten recursos “porque no sabemos que encontraremos abajo”. Pero en la decisión de explorar experimentando, va implícita la certeza de un daño ambiental y las consecuencias que devienen de una actividad de ese tipo.
Ante semejantes posturas, una vez más advertimos a los neuquinos que por decisión del gobierno de Jorge Sapag, ampliamente apoyado por otros sectores políticos con representación parlamentaria y el gobierno central, la provincia del Neuquén es considerada “zona de sacrificio”, para que el país pueda soportar la crisis energética. Y como la zanahoria al burro, nos quieren convencer diciéndonos que “la provincia tendrá mayores regalías, puestos de trabajo y progreso”. Creemos que por este falso bienestar coyuntural, el precio a pagar por las generaciones futuras, es insoportable».