Uruguay, entre la escasez y la baja calidad del agua

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Carlos Santos es Antropólogo, Docente, Militante Ambientalista por el Agua y dialogó con nosotres sobre la situación de crisis hídrica en el vecino país: Uruguay estaría a un 1% de quedarse sin agua potable para beber.

Hace dos meses que toda la población que depende sistema metropolitano del agua potable y no tiene el servicio en sus canillas. Según comenta Carlos, se habla de agua para consumo que excede los niveles de sodio (que han sido duplicados), los niveles de cloruro más que duplicados (440 a 770 miligramos) y altos niveles de otras sustancias, según estudios de investigadorxs universitarixs.

En Uruguay, el 70% del agua embotellada está bajo el control de una empresa francesa, Danone. Esta cifra revela una realidad preocupante, ya que la dependencia de una única compañía extranjera plantea interrogantes sobre la gestión y acceso al agua potable en el país.

El problema del agua no se limita únicamente a la cantidad disponible, que actualmente está siendo afectada por una sequía. También existe una preocupación por la calidad del agua. Gran parte de las cuencas se encuentran en niveles alarmantes de nutrientes, lo que indica una falta de control y previsión por parte del Estado.

Una de las reservas más importantes de agua cruda del mundo es el Acuífero Guaraní, utilizado en Uruguay. Sin embargo, su ubicación a 400 kilómetros de Montevideo representa un desafío logístico para abastecer con agua embotellada a ciudades como la ribera. Se necesita una infraestructura que no resulta razonable o el transporte de agua en camiones cisterna.

Las zonas populares de Montevideo se ven especialmente afectadas, ya que sus habitantes no tienen acceso al agua embotellada. Es esencial recordar que el agua es un derecho humano, y su provisión es responsabilidad exclusiva del Estado, según la Constitución. Santos considera que es necesario implementar medidas que contemplen la distribución gratuita de agua en camiones cisterna para los sectores populares, como hospitales y residencias de personas mayores, que no pueden costear el agua embotellada, cuyo precio ronda los 75 pesos uruguayos por litro y medio. Para hacer las cuentas: 750 pesos argentinos.

En los últimos 20 años, Uruguay no ha realizado las inversiones necesarias en infraestructura hídrica. Esto ha llevado a una situación mucho más grave de lo que debería ser. Es fundamental que la planificación política cuente con la participación, el control y la gestión de la sociedad civil, la academia y los usuarios del agua para garantizar un abastecimiento adecuado y equitativo.

Finalmente, Carlos sostiene que solo a través de un esfuerzo conjunto y la implementación de medidas concretas se podrá hacer frente a esta problemática y asegurar un acceso justo y seguro al agua en todo el país.

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