El hombre “desaparecido” que murió esperando reencontrarse con su familia – Por Carlos Castillo

Gaspar Medina siempre figuró como uno de los tantos desaparecidos por el régimen militar chileno, y también por el gobierno de facto de Argentina.
En épocas del régimen militar, “desaparecido” podía significar muerto. Y así lo creyeron sus familiares durante décadas, aunque tenían la leve esperanza que algún día se supiera algo de él.
Según datos que pudo reconstruir la familia, Gaspar estuvo detenido en la Isla Quiriquina desde el 12 de septiembre 1973 hasta diciembre 1974.

Al año siguiente escapó con su esposa y sus siete hijos de Chile, instalándose en Mendoza, desde donde también tuvo que huir por su simpatía con los partidos de izquierda. Un día dijo a los suyos que viajaría a Neuquén y esa fue la última vez que lo vieron. Fue detenido y desaparecido.
En mayo de 1979, la recomendación de la ACNUR (Agencia para los refugiados) fue que la familia completa debía escapar lejos. Ese lejos fue Suecia.

Ricardo, el hijo mayor tenía 18 años cuando escapó de Chile junto con la familia, en junio de 1975, donde había militado en los Centros de Estudiantes por lo que también era buscado por el régimen.

En Suecia pudo estudiar y trabajar para importantes empresas.Pasaron más de 45 años y Ricardo decidió volver a Argentina, en busca de los pasos y los amigos de su padre, luego que se enterara que Gaspar nunca había estado muerto.

“Yo siempre buscaba en redes sociales, pero nunca aparecía nada, excepto que continuaba como un desaparecido más”, contó Ricardo a los micrófonos de Antena Libre.

Recuerda que luego de una ardua jornada laboral en una empresa sueca, sintió una profunda angustia en su corazón y recordó a su padre. Nuevamente fue a la computadora y escribió: “Gaspar Medina, desaparecido”.

Era el 5 de septiembre de 2015 y por primera vez el Google se refirió a su padre. “Era mediante una revista del MAS (Movimiento al Socialismo), donde despedían con gran pesar al compañero Gaspar Medina.

“Seguí investigando hasta que encontré su nombre en Facebook, vi su foto, sus escritos y logré contactarme con amigos y amigas de él”.

Ese día Ricardo, con 58 años, encontró a su padre, pero ya estaba muerto.

Diez años después el hombre visitó nuestra ciudad gracias al contacto que logró establecer con Isabel y Manolo, con quienes entabló una relación, una amistad y un encuentro.

Según recuerda su amigo Manolo Barrera, Gaspar había estado varias veces escapando de las dictaduras de Argentina y Chile y cada vez que lo detenían y querían deportarlo él volvía, resistiendo, hasta que llegó la democracia.

La contención de los amigos lo ayudaron a superar la lejanía de sus seres queridos. “El buscó a sus hijos, incluso fue a Mendoza, donde los había dejado por última vez, pero la respuesta era que se habían ido y estaban en algún lugar del mundo, pero nadie sabía con exactitud donde residían. Eso me contó una vez”, recuerda Manolo.

Estando en Roca, Gaspar había participado en varios programas de radio con sus hermanos chilenos, Pedro Moraga, Pedro Barria y Germán Gutierrez, que aún conducen por Antena Libre, “Raíz y canto”.

Luego de 10 años de su partida, el pasado 2 de diciembre, Ricardo Medina, estuvo sentado en el estudio de radio, donde muchas veces su padre hizo reír a la audiencia con su personaje “el roto José”, contando historias, poemas y frases típicas de sus paisanos chilenos.

Ricardo mirá y observa el estudio como buscando el espíritu de su padre. Agradece y siente el alivio de haber vuelto a los lugares que Gaspar recorrió en vida, de haber visitado su tumba para un último adiós y de haber compartido con amigos de su papá algo que en Suecia no se consigue: abrazos, afectos, asados y un buen vino.

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