
En El Hilo Invisible, se abordó el impacto del “tsunami tecnológico” en la vida cotidiana. Franco Casalini y Santi analizaron cómo la digitalización difumina los límites entre lo público y lo privado, invadiendo el hogar con notificaciones, publicidad y consumo constante.
Reflexionaron sobre la pérdida del aburrimiento —clave para la creatividad—, el reemplazo de vínculos reales por redes sociales, y el placer inmediato como enemigo de lo verdaderamente importante. Frente a esto, propusieron buscar “terceros espacios” y rituales compartidos, como el arte o el café, que permitan reconectar con lo real.
La revolución, afirman, será personal: menos pantallas, más presencia.

