Cesira Mullally, referente del gremio ASSPUR, alertó en Antena Libre que la realidad de los hospitales rionegrinos “no mejoró un milímetro” respecto de los reclamos masivos de 2023.

Los servicios siguen con guardias mínimas y faltan recursos humanos: solo en Bariloche se necesitan al menos 42 enfermeros y administrativos que hoy cubren médicos o técnicos. A este déficit se suma una política provincial que habilita ingresos ‘gota a gota’ —priorizando algunos especialistas— mientras el resto de las jubilaciones o renuncias no se repone.
En lo salarial, Cesira comentó que la pauta acordada en la mesa de Función Pública con ATE y UPCN fijó un haber inicial de $ 1,1 millones, contra una canasta familiar que ronda $ 1,7 millones: 80 % del personal sanitario quedó debajo de la línea de pobreza. Según informó, un licenciado con dedicación exclusiva cobra unos $ 1,4 millones y un médico especialista, $ 2,2 millones; la pirámide está tan achatada que un ingresante percibe casi lo mismo que quien se jubila, sin reconocer formación ni antigüedad.
El Gobierno anunció que desdoblará las liquidaciones para que horas extras y guardias queden exentas del Impuesto a las Ganancias, pero Mullally advirtió que la medida “no toca el problema de fondo: el salario básico”.
ASSPUR —gremio exclusivo del sector salud— no fue convocado a esa negociación y exige una paritaria sectorial propia donde se discutan sueldos, condiciones laborales y políticas sanitarias. Tras la mesa “técnica” conquistada en las movilizaciones del año pasado, el sindicato elevó cuatro pedidos formales sin respuesta: “Todo quedó en promesas”, resumió Cesira, quien adelantó que, de mantenerse el silencio oficial, evaluarán nuevas medidas de fuerza.

