Área»desprotegida» de Paso Córdoba

Una de las pocas zonas de acceso público en la zona de bardas de Roca es visitado por cientos de personas de todo el valle. A pesar de los carteles indicadores, varios son los problemas que se pueden observar, sobre todo los fines de semana.

Marcelo Miranda

A casi 18 kilómetros del centro de Roca se encuentra este espacio de varios kilómetros cuadrados donde se pueden hacer múltiples actividades que van desde rappel, caminata, recorridas en bicicleta y a caballo además de los deportes naúticos y motociclismo en determinados circuitos.

Si bien los espacios están demarcados no hay una presencia de agentes municipales en toda el área que hagan cumplir las reglamentaciones que pasan por no hacer fuego en lugares no habilitados, no dañar la vegetación del monte (le cuesta años crecer), no molestar a la gran cantidad de aves que habitan el área, al hacer el asado del domingo o  tomar mate, traer la basura que se genere, respetar las indicaciones que los guardias del área hagan y denunciar todo acto que cause efectos negativos en el terreno y sus visitantes: ruidos molestos, utilización de cualquier elemento que lance proyectiles en contra de la fauna, extracción de tierra, vegetación, entre otros.

Dentro del área residen una comunidad mapuche cuyos animales circulan por distintos lugares.

Si bien se aprecian agentes en auto en la costa, no están en circulación en toda el área. Es frecuente ver motociclistas en fuera de los circuitos habilitados, microbasurales y mascotas que son un potencial peligro para la fauna local.

El área Protegida Paso Córdova se crea por ordenanza Nº 2583 de la Municipalidad de General Roca, en 1997, con el objetivo de conservar el ambiente natural y modificado al sur del río Negro, para el uso público con fines científicos, educativos y recreativos.

A pesar que se realizan deportes con un alto riesgo, no hay una guardia, sobre todo, de los fines de semana, para asistir en caso de algún accidente, como ya ha ocurrido con visitantes que cayeron desde las bardas, ciclistas fracturados o motociclistas con serios golpes.

La presencia motociclistas fuera de los circuitos es una amenaza para la fauna autóctona.

La creación de un cuerpo de agentes que estén presentes en todo el predio, con equipamiento adecuado, haría posible abordar estas situaciones. Actualmente, si una personas resulta lesionada no podría comunicarse por teléfono en varios sectores del predio ante la falta de señal que tienen los celulares.

Una «vuelta de tuerca» dotando de mayor infraestructura y personal el área protegida Paso Córdoba potenciaría una de las zonas turísticas más importantes del Alto Valle.