Hace frío en esta zona del país *

Este invierno viene muy frío. Demasiado frío. Y demasiado oscuro desde que se apagó un ser de luz unánime. Estamos viviendo un apagón cultural. Ha fallecido Juan Raúl Rithner.

Por Jesús Nori


 

Foto de Soledad Guevara
Foto de Soledad Guevara

Un helado. Luego la indigestión, la descompostura. Finalmente, el paro cardiorrespiratorio que certificó el acta de defunción. Sorpresa. Estupor. Nadie esperaba este desenlace.  Los amigos fuimos llegando a lo largo de la noche, con la esperanza de que no fuera cierto.

Es que se murió una usina de proyectos culturales y artísticos, de esa cultura con una concepción amplia que incluía a todos, sin importar condición social o económica. Sé que mucha gente ocupó espacios públicos en el centro de la ciudad, que por primera vez bajó del barrio, porque Juan les enseñó que tenían derecho a expresarse. Porque él creía en vos, él se jugaba por vos si era necesario. Te daba alas, te guionaba las escaleras, te musicalizaba el aire, te señalaba el cielo y te ordenaba con esa sonrisa pícara ¡Volá!

Juan Raúl, un impulso vital que estremeció nuestras existencias, arrastrándonos a una vorágine de proyectos donde lo importante era el encuentro, la comunicación, la expresión, la afirmación del sí mismo en comunión con el otro.

No conocí a nadie con tanta energía. Alumnos veinteañeros te pueden contar que no podían seguirle el ritmo. Muchas veces discutí con Juan. Se consumía hasta la destrucción si no se enfocaba en la creación.  Podía llegar a ser autoritario. Pero te callaba la boca con obras: libros, guiones que se transformaban en radio, cine, video, teatro, arte escénico, títeres. Le costaba mucho entender eso de los horarios, era un Quijote perdiendo con las burocracias y los reglamentos establecidos

Era un ARTISTA con mayúsculas, pero también un gran gestor cultural. Donde él andaba, también andaban los músicos, los escritores, los teatreros, los artistas plásticos. En la Universidad transformó aburridas aulas en escenarios de ensueño, los pasillos en desfiles de murgas, las paredes en explosiones de colores.

Hoy nos sentimos un poco huérfanos.

Juan, cumpliste con creces. Que descanses en paz. Ahora nos queda a nosotros no traicionar tu legado.

Gracias a vos la Patagonia tiene luces,  Aldeas de Re Fa Sí, Países de la música y una Radio de La Vida.


*Juan Gelman