«No pensé que pasaría, pero pasó», testimonio de un recuperado de Covid 19

Un fiel oyente de Antena Libre nos hizo llegar esta carta de lectores y lectoras sobre su experiencia al transitar la enfermedad

Soy docente, trabajo desde la virtualidad de mi casa, me cuido si tengo que salir, trato de mantener el protocolo básico: barbijo, distancia física, limpieza de manos. Pero aún así, estas semanas tremendamente intensas, me tocó lo que creía impensable. Cuando me internaron en el hospital López Lima no lo podía creer: Covid. Palabra que aplasta, que te deja en shock: Covid 19. Tenía el virus, y por más que me lo negara, ahí estaba haciendo desde el inicio estragos en mi cuerpo.

Fueron dos semanas muy duras. Me costó mucho recuperarme. Incluso, llegué a tener la duda honesta de si lo lograría. Todavía no sé cuáles serán las secuelas que me deje esta enfermedad. Por suerte, ahora, puedo escribir estas pocas líneas. Y si lo hago es por el trabajo inmenso, increíble, incansable, profesional, amoroso y muy humano de los enfermeros y enfermeras, de los médicos y médicas, técnicos y técnicas, servicios generales, mucamos, mucamas y todo el personal del Hospital de General Roca. Ellos y ellas salvaron mi vida. Y no es, para nada, una exageración. El covid te ahoga, te paraliza el cuerpo. Dejas de moverte, perdés todo control. La fiebre que no para recuerda que la lucha es cuerpo a virus. Pero, como dije, si hoy relato la experiencia es por los y las trabajadores de la salud del López Lima, que hicieron lo que para mí era, en un momento, imposible: poder respirar.

Desearía que todos y todas nos cuidemos. Como dije, no se trata sólo de lo básico: barbijo, alcohol y distancia física. Se trata también de evitar las juntadas grupales, los espacios cerrados, las reuniones fuera del ámbito familiar cercano. Cuidarnos y cuidar de los otros y otras es un trabajo, una nueva rutina que debería guiar la conducta de todos y todas. ¿Qué otra cosa, sino ser responsable por los y las demás? Eso es lo básico y fundamental, es lo que nos define como humanos. Es lo que nos hace ser buenas personas, vecinos y vecinas. ¿Un mejor lugar para todos y todas? Claro que si. Empieza con el cuidado y el respeto al otro.

Aunque parezca mentira, con ese poco de cuidarnos, los negocios de la ciudad podrían funcionar sin tantas restricciones, los y las laburantes ir a sus trabajos, hacer una vida que no es sin pandemia pero que sea posible en esta pandemia. Realmente lo creo así: la vida continua, busca su propio camino para hacerse lugar. Pero la tenemos que hacer posible, todos.

Decir gracias es poco. En algún momento se inventará una palabra que ponga de relieve el titánico esfuerzo de los y las trabajadores de la salud del hospital López Lima. Para ellos y ellas no alcanza un gracias. Los aplausos son siempre sordos ante la silenciosa tarea que llevan adelante todos los días. Gracias, ahora. Pero me anoto para la palabra que sea mucho más que millones de gracias.

Última cuestión: además, los y las trabajadores de la salud necesitan que sus salarios sean justo y dignamente reconocidos, que permita una vida cotidiana sin sobresaltos. Todos y todas tienen ese derecho. Pero ahora, para quienes tanto estudiaron y se formaron para salvar vidas, debería ser una política prioritaria y esencial. Y más en este contexto económico hipercomplejo. El Estado provincial y nacional no deben dejar solos a sus trabajadores ni desatender sus reclamos. Se hace mucho, claro, pero hay mucho más para hacer. Y no se debe descansar hasta lograrlo.  

Mil gracias. Si lo puedo decir ahora es por todo lo que ellos y ellas hicieron. Aunque mis palabras queden cortas, en mi corazón es infinito el agradecimiento.

Pablo Bulfon. 17188336.