La memoria no se aísla: «tiene que terminar su condena en la cárcel»

La  memoria no se aísla es la columna de la periodista y militante por los derechos humanos Paola Arias, en ella reflexiona y recoge testimonios sobre la lucha por la memoria en tiempos de pandemia.

El genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria por el Tribunal Oral Federal número 6 con sede en Comodoro Py, integrado por Sabrina Namer, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu. Uno de los tantos TOF en los que fue condenando. También el mismo tribunal deberá juzgarlo en los próximos meses por otras causas.

Si bien la decisión no se hizo efectiva porque son varios los tribunales de Lomas de Zamora y La Plata que deben expedirse, esta primer determinación judicial es una alarma que fue denunciada como un acto de impunidad por todos los organismos de derechos humanos del país. En el año 2000 y en el 2017 gozó del beneficio de prisión domiciliaria.

En el barrio Bosque Peralta Ramos de Mar del Plata, donde se encuentra el domicilio histórico del represor, vecinos y vecinas protestaron fuera de su casa en contra de la medida.

Escuchá el informe con testimonios de organismos de derechos humanos, y de la familia de Julio López realizado por Paola Arias


El mes pasado Etchecolatz, de 92 años se contagió de coronavirus y fue internado en el hospital del penal de Ezeiza, donde cumple varias condenas, algunas a prisión perpetua por delitos de leza humanidad cuando fue jefe de la división de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la última dictadura cívico militar.