El colegio técnico con orientación en Maestro Mayor de Obra prometía ser la escuela técnica más grande de la Patagonia, hoy estudiantes y familiares están tomando medidas ante la justicia para que se solucionen cuestiones edilicias y de seguridad.
Un grupo de madres y padres viene trabajando desde hace varios meses para que se soluciones estas problemáticas que afectan a los y las estudiantes del colegio. En junio de este año se presentó el primer amparo frente a la falta de insumos que impidió un real comienzo de actividades en los talleres.
Carmen, madre de un estudiante expresó que cuando los chicos arrancaron con taller se encontraron con que no tenían mesas para trabajar. «Se tuvo que hacer notas y gestionar en conjunto con los profesores, pero eso ya significó una pérdida de tiempo”.
Otro de los reclamos es que los espacios son muy acotados para que funcionen como modalidad aula taller, y eso también significó un esfuerzo extra de docentes para poder adaptarse a los espacios e incluso con actividades superpuestas entre clase teóricas y prácticas. “Los chicos han tenido clases hasta en una oficina de archivo, y otras tantas veces se han tenido que acomodar en hall del edificio”.
Asimismo se denuncia filtración en los techos, falta de tomacorrientes en el área de informática, falta de sifones en las piletas de higiene de taller, ya que el edificio no tiene cloacas. Aun así la principal preocupación de las madres y padres es la pérdida de tiempo en la parte pedagógica debido a todas estas problemáticas.
Frente a todo esto la jueza que está llevando a cabo el caso pide un perito para que corrobore la situación actual del edificio, esto tiene un costo por eso padres y madres están tratando de juntar el dinero para poder costear el gasto.
Ante esta circunstancia, durante la expo taller realizada el fin de semana pasado se intentó gestar un fondo, pero fue muy poco lo recaudado. “Hay padres que no se enteran de lo que sucede en la escuela, yo creo que también se debe a eso, los chicos no llevan la información a sus casas”.
Por Cleo Centeno