Una dulce venganza con buena música pasó por Roca

Marcelo Miranda Fotos y video: Guadalupe Ortiz

De distintos lugares del norte de la Patagonia se apilaron frente a la Asociación Española para estar presentes en la emisión de «la venganza será terrible» con un Alejandro Dolina de muy buen humor y acompañado por excelentes músicos.

Las entradas se habían agotado a los pocos días de saberse que Dolina iba a esta en la Feria del libro y la lectura haciendo su audición radial. Incluso muchos fueron a último momento para intentar conseguir una entrada pero ya la capacidad del edificio, donde estuvieron 750 personas, no daba para más.

En la conferencia de prensa, Dolina, acompañado por el intendente Martín Soria y el Secretario de Cultura Ricardo La Sala, se mostró de muy buen humor y de entrada marcó por que era necesario para expresión cultural, «para sobrevivir, como necesitamos la vista, el tacto, el olfato, la inteligencia, también necesitamos los estímulos artísticos».

Con el acompañamiento de Patricio Barton y Gillespi, en principio, arrancaron las primeras risas cuando encararon el tema que tratarían durante la jornada: el nudismo.

En una de las recreaciones habituales de «la venganza será terrible», que se emite por AM 750, de martes a sábado, de 12 a 2 hs, Dolina y Gillespi iban a un club nudista y allí comenzaba una charla que derivaba en distintas situaciones impensadas. En su momento aparecían en escena los tres músicos sin nombre. Martin Dolina, Alejandro Dolina y Lucrecia Lopez Sanz.

Fue infaltable la referencia a la cultura griega y un último bloque con temas pedidos por los oyentes que todos se encargaron de interpretar, incluso Barton con pandereta. El repertorio elegido giró en torno a clásico como los Beatles además de interpretaciones de Alejandro Dolina de referentes del tango con un cierre al ritmo del jazz.

Ya culminada la audición, una larga cola de personas esperaron a Dolina para la foto y dedicatoria de libros mientras el resto de los concurrentes se aventuraban a abrir la puerta y someterse al frío patagónico que los envolvía en forma de viento.