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En la tercera jornada en el juicio por la desaparición de Daniel Solano se terminó la lectura de elevación a juicio y se procedió a dar la oportunidad a las partes de plantear desacuerdos. Todos los defensores coincidieron en pedir la nulidad parcial en torno a la asociación ilícita. El tribunal accedió al pedido de la defensa tras lo cual comenzó la declaración de testigos, el primero, Gualberto Solano, papá de Daniel.
La jornada comenzó por la mañana en una sala más pequeña y sin tanto despliegue policial como la primera semana. En este caso los asistentes eran requisados con un detector de metales tras lo cual se les permitía el ingreso a la sala.
Una presencia significativa fue la de Asunción Avalos, padre del estudiante de a UNCo desaparecido en el boliche Las Palmas de Neuquén capital. También estuvieron miembros del sindicato ATEN y NoemíLabrune de la APDH.
La actividad comenzó con la lectura de la parte final de la elevación a juicio realizada por el juez Julio Martín Ribot donde se acusa a los siete efectivos de la policía rionegrina por desaparición forzada, privación ilegitima de la libertad y vejaciones.
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La voz cantante de los abogados de la defensa estuvo planteada por el ex juez, y ahora abogado defensor, Pablo Iribarren que argumentó el pedido de nulidad parcial de la acusación de la querella teniendo como eje «la falta de congruencia». Según Iribarren, en la elevación a juicio no se planteo la asociación ilícita y en la acusación sí «lo que afecta las garantías constitucionales» de sus defendidos.
Tras un cuarto intermedio el Tribunal integrado por los jueces María Evelina García Balduini, Oscar Gatti y Gastón Martín resolvió hacer lugar parcialmente al pedido, dejando aclarado que la acusación sobre la existencia de una supuesta “asociación ilícita” en torno al hecho, manifestada por la querella en distintos tramos de su requisitoria, no forma parte de la acusación formal de este proceso.
Comenzó la declaración de testigos
Tras el receso, el siguiente bloque fue la declaración indagatoria de los siete imputados quienes hicieron uso de su derecho de abstenerse de declarar y brindaron, en algunos casos, rectificaciones de domicilios o datos personales.
El padre de Daniel Solano fue el primer en responder a las preguntas de las partes. A continuación comenzaron a declarar las personas que, hasta este último momento, tuvieron la calidad de testigos de identidad reservada.