Cuando los maestros también acompañan fuera del aula


 

El ser maestro o maestra se traduce en algunos lugares en mucho más que seguir una planificación. El acompañamiento de los estudiantes que pasan por situaciones sociales o familiares difíciles también es tarea de los docentes en la residencia Virgen Misionera de Maquinchao.

Los malos años en los campos que rodean la localidad de la región sur rionegrina hizo necesario que las familias literalmente «se partieran» para poder buscar mejores condiciones  para cada uno de sus integrantes. Los hombres se quedan en el campo realizando el poco trabajo disponible en tanto al mujer con los hijos e hijas se marchan a la ciudad para poder tener un lugar en la escuela y encontrar un trabajo que ayude a la economía familiar.

 



 

La residencia que dirige Mabel Busnadiego depende del obispado de Bariloche y alberga a los niños y niñas que cuyas familias pasan por momentos difíciles. Una de las tareas de los docentes es la enseñanza en el nivel primario, acompañado de talleres como carpintería y panadería además de organizar actividades para comprar ropa y calzado para los estudiantes porque su familia no tiene los fondos necesarios.

«Hace 35 años la residencia albergaba a los chicos que venían del campo, hoy sus familias tuvieron que venir a la ciudad y viven situaciones difíciles» explica Mabel que junto a cinco docentes acompañan a 21 estudiantes que de lunes a viernes viven con ellos en la residencia».