Científicos y universitarios de Bariloche denunciaron el “brutal ajuste” al sector de ciencia y tecnología expresado en el presupuesto nacional del 2017 y cuestionaron a los legisladores nacionales que votaron la ley. Los investigadores también aclararon que “la distribución arbitraria y discrecional de refuerzos presupuestarios a sólo 22 de las 56 universidades nacionales, pese a que la comunidad científica y universitaria de todo el país se opuso rotundamente y dio argumentos sobrados acerca del impacto que tendría el ajuste”.
Mediante un comunicado de prensa, docente e investigadores de Autoconvocados-Bariloche también denunciaron que citaron a los diputados y senadores por Río Negro para discutir sobre el tema; pero ninguno se hizo presente.
Destacaron que “los diputados nacionales por Río Negro: Soria, Bardeggia y Doñate se opusieron al proyecto de presupuesto 2017 y al ajuste en ciencia, tecnología y universidad, mientras que los diputados Horne y Wisky votaron favor. Todos los senadores nacionales de Río Negro: Pichetto, Larraburu y Odarda, votaron por el ajuste”.
“Hoy es de público conocimiento el primer resultado del ajuste, la reducción del 60% para los ingresos a la carrera de investigador del CONICET (de más de 900 ingresantes en 2016, sólo entrarán 385 en 2017), a lo que se suma la disminución de fuentes de financiamiento para las investigaciones, que truncan líneas de trabajo y equipos de investigación”, a la vez que se cita al grupo de Ciencia y Técnica Argentina (CyTA): “el achicamiento del CONICET es el prolegómeno de una nueva fuga de cerebros. Es la consecuencia natural de un modelo que apunta a re primarizar nuestra economía dejando de lado el impulso al desarrollo industrial, alejando al sistema de Ciencia y Tecnología de las necesidades y demandas sociales y desincentivando el pensamiento crítico”.
Científicos y universitarios argumentaron que “como en 1994, cuando Cavallo nos mandó a «lavar los platos», los científicos argentinos somos nuevamente tapa de diario, pero no por nuestros logros –por cierto, reconocidos en el mundo entero-, sino porque el Estado dejó de promover la investigación científica y el desarrollo tecnológico y de apostar a una política de mediano y largo plazo que genera trabajo de calidad, innovación productiva y políticas públicas que buscan mejorar la calidad de vida de toda la ciudadanía”.
Fuente: ADN