Editorial del programa «Entre Bardas»

Aldo Masini, conductor de "Entre Bardas"

Supongo que ustedes en algún momento, o cualquiera de los oyentes se han sentido molestos, enojados, indignados por algunas situaciones que en mayor o menor medida perturban sus tareas habituales, o son injustas y duelen. O directamente te hartan y te dan enormes deseos de gritarlas, denunciarlas o hablarlas con aquellas personas que sabemos nos van a comprender y no sólo porque por allí sepan de la situación, sino porque también nos conocen.

Para algunos de los que ejercemos esta profesión, la de periodista, trabajadores en nuestro caso de una radio, existen cuestiones consideradas internas del medio que quizás no deberían hacerse públicas, porque el oyente no tiene porque enterarse o porque directamente no le interesan. Estoy de acuerdo pero sólo para algunas cuestiones. Creo que hay otras, que sí las deben saber aquellos que nos escuchan todos los días, para entender ciertas cosas por un lado, y para ser justos con quienes trabajan en esta radio, por el otro.

En posteriores programas vamos a hablar de uno de estos temas que es la situación financiera de la radio, que afecta no sólo el funcionamiento diario, sino que además le genera trastornos a personas que realizan sus tareas aquí. Pero hoy queríamos dedicarle unos pocos minutos, más no se merecen, a aquellos funcionarios provinciales o municipales que no quieren hablar por los micrófonos de Antena. Y lo que es peor, no lo dicen abiertamente. Pautamos las entrevistas, la producción lo hace, las reconfirman, reciben el OK, cometemos o cometo el error de anunciarlas y finalmente por una cuestión u otra no están disponibles al momento de salir al aire. Ni siquiera tienen la delicadeza a través de sus representantes de prensa de avisarnos. Ellos saben muy bien lo que significa para un programa radial que sale en vivo tener pautadas entrevistas que después no se pueden concretar.

No son todos los funcionarios, eso debemos aclararlo. Pero, por poner algunos ejemplos, los que siempre han eludido de una u otra manera hablar con este programa son el gobernador Wereltineck, el vicegobernador Carlos Pralta, la secretaria de Seguridad de la Provincia Martha Arriola y ni que decir de los integrantes del Superior Tribunal de Justicia. El ejemplo más reciente: el viernes habíamos arreglado con la gente de María Emilia Soria, con su hermano Carlos una entrevista. Como corresponde la producción lo chequeo y lo nota fue confirmada. No nos contesto, pero sí salió por la radio de Cipolletti. De los que acceden a ser entrevistados por nuestra radio podríamos mencionar al ministro de Gobierno Luis Di Giácomo, a la legisladora Magdalena Odarda, al juez de ejecución penal Juan pablo Chirinos y no muchos más. Algunos no nos contestan y otros dicen que si, después no atienden nuestros llamados y uno constata luego que terminaron haciendo declaraciones en otros medios, especialmente LU 19 de Cipolletti.

Será que los periodistas de «Entre Bardas» no les hace preguntas complacientes que le permiten explayarse sobre sus logros, conquistas y promesas sin rebatirles nada aunque existan argumentos para ello. Será que para hablar con la mayoría de los funcionarios de esta provincia hay que ser complacientes, o sea, preguntarles por lo que está bien y no sobre lo que va mal. Preguntarles lo que ellos quieren que se les pregunte. No hablarles de las escuelas en mal estado, del abandono del sistema de salud, de la falta de políticas habitacionales, de la situación de las cárceles, de los contratos petroleros, de los negociados con las empresas mineras, del medio ambiente, de Lewis y de tantas otras cosas.

Y si como esto fuera poco, este mes se cumplió un año desde que comenzamos a emitir publicidad del Gobierno provincial, acordada con la secretaría de Medios, confirmada a través de las órdenes de publicidad correspondientes. La primera orden de publicidad fue emitida en junio de 2012. Hasta hoy 1 de julio 2013 no hemos cobrado un peso. La radio, con sus enormes necesidades de infraestructura, de equipamiento, no ha recibido un peso. Una deuda de pesos más, pesos menos, 50 mil pesos. Y es bueno aclarar que acá no estamos hablando de ingresos publicitarios con fines de lucro.

Estamos hablando de dineros que se necesitan para invertir en infraestructura, en cambiar equipamientos obsoletos que nos permitan seguir en el aire. Dineros que paliarían por lo menos en algo la difícil situación financiera por la que atravesamos. Antena Libre no tiene presupuesto propio. La Universidad se lo ha negado a través de los años, aludiendo, entre otras cosas que Antena es un aula taller de la carrera de Comunicación Social. Si como lee. Para todas las organizaciones incluyendo la Asociación de Radios Universitarias Argentinas somos una radio pública y universitaria, con 26 años de trayectoria. Para nuestra Universidad somos un aula taller que no merece tener presupuesto propio. Pero volviendo al Gobierno provincial: les pasará lo mismo con los dineros de las pautas oficiales a otros medios, como LU 19, y el diario Rio Negro por ejemplo. No sé, me pregunto.