La murga como una forma de contener a los chico

Foto: Marcelo Miranda

Los sábados por la mañana el barrio Alta barda amanece con sones de murga que se escapan por la ventanas del centro comunitario. Una docena de chicos y chicas del barrio escuchan al profesor Pablo Limonao mientras desde la cocina empieza a sentirse el aroma de un chocolate que las cocineras preparan desde temprano.

Por iniciativa del Centro de Jubilados de Gómez, Nuevo Amanecer, y con fondos del Ministerio de Desarrollo Social, todos los sábados a las 10 de la mañana se dicta un taller de murga.  Pablo cuenta que existen diferentes ritmos de murga, desde la porteña a la uruguaya y explica que una murga tiene varios componentes como los músicos, los bailarines, los disfraces y el maquillaje.
No es una casualidad que desde un centro de jubilados se auspicie un taller de  murgas, están frescos los recuerdos de comparsas y días de carnaval, feriado que fue nuevamente instaurado por el gobierno nacional hace poco tiempo.  En muchos barrios de Roca florecen las murgas que con sus coloridos trajes desentonan con la monocromía de la estepa patagónica. El profesor del taller nos cuenta la experiencia y comenta entusiasmado que están en la búsqueda de la identidad de la murga del norte de la Patagonia.